Señales de tránsito casi ilegibles y paradas de colectivo inexistentes o desactualizadas confluyen en un combo fatal que desorienta a conductores y pasajeros.
Si la ciudad ya es un caos por el caudal de tránsito que circula, a esto se le suma la confusión que generan algunos carteles, que desinforman o se encuentran desactualizados.